jueves, 27 de agosto de 2009
lunes, 24 de agosto de 2009
Los Martin Fierro y APTRA
Hace algunos años hice una investigación para la revista Noticias sobre quiénes eran los integrantes de la autodenominada APTRA, y los resultados, sorprendentes, fueron la tapa. Un gran porcentaje de los periodistas de APTRA no eran periodistas. No es que no eran periodistas de espectáculos, no eran periodistas ni nada. Uno tenía una zapatería, otro manejaba una revista de chivos, otros eran relacionistas públicos (incluso de los propios artistas nominados). El Martín Fierro ni se mosqueó. Conocida esa información, los actores y actrices nacionales, los periodistas argentinos, siguieron yendo a la fiesta, agradeciendo efusivamente, emocionándose y me fue quedando claro que la investigación no importaba nada. No sé cuánto cambió APTRA desde aquellos años hasta ahora. No sé si quedarán recuerdos de aquellos truchos que garroneaban el cable gratis y otros beneficios que la asociación daba a todos sus asociados (con la plata de la transmisión, ¡se hacen entre ellos regalos de cumpleaños!). Sé que algunos de los periodistas más reconocidos del medio están allí. Y que algunos de los periodistas más reconocidos del medio no están allí y no estarán nunca. Que truchos hay en todas partes. El año pasado se hacía un homenaje a Jorge Guinzburg y asistí a la fiesta pese a haber jurado que nunca iría. Ya está, no vuelvo. Pero tampoco me quejo más del Martín Fierro. Tiré la toalla. APTRA no representa nada, muchos de sus integrantes sólo se pelean por ver quién es más cholulo y hay hasta rabietas por entregar un premio a Mirtha o cosas así. Hacen la fiesta un miércoles para que “Marcelo” (para ser de APTRA es exigencia nombrarlo sin el apellido) vaya. Tendrán éxito porque se juntarán dos gremios vanidosos (actores y periodistas ), más comida gratis, más alfombrita roja donde las estrellas pueden una vez al año creerse la del glamour, más chivos para diseñadores, más pantalla asegurada. El resultado: un Martín Fierro exitoso y no hundible. Aunque nadie recuerde quién ganó el año pasado.Por Osvaldo Basan
Una bomba silenciosa
Pocos tal vez recuerden que Laura Bush ejerció de feminista extrema cuando abogó por guerrear en Afganistán para terminar con “la opresión de las mujeres” bajo los talibán. Hubo toda una campaña internacional previa en favor de los derechos pisoteados de la mujer afgana y su “liberación” fue uno de los argumentos que EE.UU. y sus aliados reiteraron para invadir Afganistán el 7 de octubre de 2001. Como es notorio, el régimen talibán fue derrocado en noviembre, y en diciembre se estableció un gobierno de transición encabezado por Hamid Karzai, elegido presidente por el voto popular en 2004 y tal vez reelecto en las elecciones del jueves pasado.
Era más que duro y humillante el estatuto de la mujer afgana bajo el régimen talibán. Desde los 8 años tenían prohibido entrar en contacto con un hombre, excepto que fuera un familiar. Las mujeres no debían andar solas por la calle ni hablar en voz alta en público ni podían asomarse al balcón de su casa ni estudiar ni trabajar ni andar en bicicleta o en motocicleta o en taxi con el rostro descubierto, tenían que vestir burkas y de hecho vivían en arresto domiciliario. El castigo a las que violaban estas normas era público y cruel. A ocho años casi de tumbado el sistema, las cosas no han mejorado mucho.
Es cierto que algunas mujeres ocupan bancas en el Parlamento afgano y que millones de niñas asisten ya a la escuela primaria. Pero las restricciones aumentan para cursar la secundaria: sólo el 4 por ciento alcanza a terminarla. “La violencia contra las mujeres es endémica, son amenazadas en público y varias han sido asesinadas” (The Washington Post, 18.8.09). El “democrático” Karzai ha empeorado esta condición.
El 27 de julio último, quizás aprovechando los estrépitos de la guerra, puso una bomba silenciosa: la ley del estatuto personal chiíta, que faculta a los chiítas hombres a privar a sus mujeres de alimentación y sustento si éstas se niegan a obedecer sus demandas sexuales cuando las exijan. Los derechos de custodia de los niños quedan en manos de los padres y los abuelos y ellas deben pedir permiso a los maridos para trabajar. Las mujeres sólo pueden abandonar su domicilio si existe “un motivo legal urgente”. Esta ley rige para la minoría chiíta del país y viola el artículo 22 de la nueva Constitución afgana, que declara que hombres y mujeres “tienen los mismos derechos y obligaciones ante la ley”. También transgrede la Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, de la que Afganistán es Estado Parte. Y más, claro: reimpone un régimen hogareño que los talibán aplaudirían a rabiar.
Karzai produjo un primer intento de promulgar estas regulaciones a comienzos de abril de este año, pero la protesta internacional lo obligó a prometer su modificación y, en efecto, se introdujeron algunas correcciones. Más bien en su redacción: “Expertos en la ley islámica y activistas de derechos humanos declaran que, aunque se ha cambiado el lenguaje de la ley anterior, permanecen muchas de las disposiciones que alarmaron a los grupos pro derechos de la mujer” (The Guardian, 15.8.09). Por ejemplo, la del tamkeen –señalada más arriba– que califica de “desobediente” a la mujer que no muestra prontitud en satisfacer el deseo sexual de su marido y que recibe entonces la penalidad consecuente: no hay sexo, no hay comida.
El presidente afgano destinó esta movida a ganarse el apoyo electoral de los chiítas ante el aumento alarmante de la popularidad de su contrincante más cercano, Abdulá Abdulá, que pasó en dos meses del 7 al 26 por ciento de la intención de voto. A pesar de sus promesas de mejorar la situación de las afganas, Karzai optó por satisfacer a quienes piensan todavía que la mujer es un objeto desechable. Durante la campaña electoral cortejó al ayatolá Mosheni, que se considera a sí mismo el líder de los chiítas del país, y a otros dirigentes musulmanes de línea dura. La consecuencia sería esta ley.
“Karzai ha cerrado el trato impensable de vender a las mujeres afganas a cambio del apoyo de los fundamentalistas en las elecciones del 20 de agosto”, señaló Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch (Reuters, 14.8.09). “Se suponía que esta clase de leyes bárbaras –agregó–- había sido relegada al pasado con el derrocamiento de los talibán en 2001.” Muchos críticos de la ley han recibido amenazas de muerte que se cumplieron con Sitara Achkzai, una prominente defensora de los derechos de la mujer que fue asesinada a balazos en Kandahar (www.hrw.org, 15.4.09). Pero Occidente aún no ha reaccionado ante las nuevas disposiciones. Tal vez porque Obama subrayó que la guerra en Afganistán no sólo es justa, también es necesaria.
Por Juan Gelman
Marcados
UNO Desde el vamos, somos marcados: rosa o celeste, nombre y apellido, igualito a ésta o parecido a aquél, Batman o Robin, Boca o River, él o ella, siglas de la derecha o de la izquierda, y así hasta el final. Nuestra vida –como la del american psycho Patrick Bateman– puede narrarse en una acumulación de marcas y de logotipos.
La elección de las marcas es lo que nos marca.
DOS Escribo todo esto mientras unos pésimos dobles marca Beatle conmemoran los cuarenta años del cruce de Abbey Road frente a miles de curiosos; una caravana de autitos marca Mini sale desde Bilbao hacia Birmingham para festejar el medio siglo del arranque del motor en cuestión; a menos de un año de su fallecimiento se anuncia la resurrección de la cámara Polaroid (igual diseño y tecnología pero con distinto nombre, por motivos de derechos); y alguien compra por Internet, en el site de la tienda on-line Celebrity Skin and Bodily Fluids, la materia orgánica (caca, pis, sudor, piel muerta) de alguna estrella más o menos viva que dejó su marca corporal en alguna parte sin sospechar (o sí) que pronto sería recogida y envasada y valuada por un comando marquero.
Y hace unos días tres amigos me regalaron por mi cumpleaños una lapicera Parker. Ya lo conté antes: la marca de las lapiceras fue mi primera conciencia “de marca”. Yo iba a un colegio/estatal/progre/de moda y dime con qué escribes y te diré cómo eres. Así, la Parker era la tinta azul de los de sangre azul, la Scheaffer la de los hijos de la intelligentzia y la 303 la de la clase trabajadora. En el ambiente de “los deportistas”, el sistema de castas venía dado y pateado por las zapatillas: Adidas, Flecha y Pampero. Eso sí, en el recreo éramos todos iguales. En el recreo, todos marcábamos la Z del Zorro.
TRES Voy a ver la película G. I. Joe. ¿Alguien puede decirme por qué voy a ver G. I. Joe? No jugué con esos soldaditos de pequeño, no me lleva allí adentro ninguna marca nostálgica en el ADN de mi infancia. No tengo, entonces, las coartadas que podría esgrimir ante el visionado de una hipotética Lego: The Movie (y otra marcación clasista acaso anterior al de las plumas estilográficas: Lego y Rasti y Mis Ladrillos). Pero entro igual al cine (Fanta sin burbujas en mano, lo más cool es la gaseosa sin gas, y no me acuerdo quién me comentó que Fanta proviene del alemán fantastich y que fue, en sus orígenes, una bebida de diseño nazi ante la imposibilidad, por entonces, de exportar refrescos de la Coca-Cola) y salgo diferente, como si me hubieran hundido hasta las cejas en el líquido virtual con que se elaboran hoy en día los efectos especiales. Me duele todo, me siento pegajoso, me zambullo en el metro de regreso a casa y leo, en un periódico que alguien dejó por ahí, un artículo sobre los videogames musicales que, parece, es lo que salva y salvará a las viejas bandas. Parece que hoy “meter” un tema en “Guitar Hero” o en “Rock Band” equivale a grandes beneficios sin mover un pelo. Importa más el juego que el disco. Y hasta los ya mencionados Beatles han sido digitalizados para que uno pueda cantar y tocar con ellos en el living de casa sacudiendo el flequillo y esparciendo toda esa caspa que nadie va a comprar.
CUATRO Más allá de las partituras ideológicas, está claro que los políticos pertenecen todos a una misma marca y silban la misma cantinela. Gente que no se detiene nunca a la hora de no hacer nada y disimula lanzando todo el tiempo “productos” al mercado para la desesperación del gran público más consumido que consumidor. La última entrega de la saga “Geyper-PP versus GI-PSOE” –mucho más estrepitosa que G. I. Joe– deja de lado el asunto de los regalitos sobornantes para optar por las escuchas telefónicas. El PP acusa al PSOE de entrometerse en sus móviles y fijos pero no aporta pruebas. El PSOE exige que presente evidencias o se retracte. Y así va pasando este tórrido agosto de la crisis en el que se practica lo que ya se conoce como “hedonismo austero”. Más cerveza con amigos en el bar de la esquina, menos vacaciones (muchos se revuelcan en la hierba de plazas cercanas o se entregan al cannabis que, se supo, daña la memoria, y para lo que hay que recordar, humean... ) y entrar a supermercados en busca de “marcas blancas”: alimentos que no tienen el pedigrí de las multinacionales pero que, sí, son más baratos. Son marcas caseras y locales que, a menudo, llevan el sello del establecimiento que las comercializa. Los imperios alimentarios se defienden argumentando que los controles de calidad son, también, más económicos y menos rigurosos y por ahí se filtra un informe donde se especifica que los trabajadores en las fábricas de marcas blancas cobran hasta un 30 por ciento menos que los que elaboran marcas doradas. Mientras tanto, no termino de enterarme si es cierto eso de que el Vaticano estudia que los hijos de los curas lleven el nombre –la marca– de sus padres que pecaron y cayeron en la tentación y todo eso. Y, de paso, asegurarse así que no se produzcan incómodos juicios patrimoniales a la Santa Sede. Cansado de todo esto, llego a casa y abro la nueva novela marca Pynchon.
Pynchon refresca mejor.
CINCO En una entrevista en La Vanguardia, el publicista Toni Segarra dice: “Al tiempo que desaparecen las audiencias masivas, se fragmentan también las grandes marcas. Creo que vamos a un mercado con miles de pequeñas marquitas cada una con su grupito de fieles... Las únicas nuevas grandes marcas son digitales: googles, wikis, yahoos. Google se ha adelantado al comprender que la publicidad va ser totalmente personalizada. Se elegirá la heladera en Google y no a partir de un anuncio en la tele. Y en Google tendrán información sobre sus anteriores búsquedas personales y así redirigirán las nuevas... No sé qué vivimos. Nadie lo sabe, pero lo bueno es que todo el mundo admite que no lo sabe... Y en cualquier caso, sea lo que sea, es emocionante vivirlo”.
SEIS Del polvo de nuestros padres venimos y al polvo de nuestros huesos volvemos y, si hay suerte, valdremos algo, dejaremos alguna marca que no podrá limpiar ni el mejor detergente.
Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es marcar.
Otros, por supuesto, nos pondrán el precio.
Pero esa –pónganle la firma con la lapicera que prefieran– es otra historia, otro negocio, otra marca.
Por Rodrigo Fresán desde Barcelona
Semana de frases huecas y dañinas
La primera frase tiene que ver con la cobertura que hizo la cadena noticiosa TN sobre el veredicto del juicio a los responsables de la tragedia de Cromañón. Lejos de limitarse a proveer la información básica o a separar en dos módulos bien diferenciados lo que es información y lo que es opinión, TN editorializó contra el fallo de todos los modos posibles. La batería de recursos incluía la voz en off engolada y de pesada retórica, la selección de imágenes, la música y un videograph que decía: “194 muertos y ningún preso”. En una muy buena nota publicada en Página / 12 el 20 de agosto, Mario Wainfeld analizaba el zócalo: “La consigna (…) omite que hubo condenas altas, soslaya que es correcto limitar la prisión mientras no hay sentencia firme. Propone una ecuación falaz: la cantidad de víctimas presupone la de sanciones (y su talla). Las pruebas, las reglas del debido proceso, la preservación de los derechos de los reos se dejan al costado o son malas palabras”. Reducir la complejidad de la significación de un fallo a cinco palabras es algo que no está al alcance de los periodistas de TN y de ninguna otra persona en el mundo. El ejercicio del periodismo se está convirtiendo en la práctica de la simplificación más brutal y tendenciosa.
La Presidenta, por su parte, en la presentación del acuerdo con AFA por la televisación del fútbol, marcó un nuevo récord en la banalización de un tema sensible al comparar la retención de las imágenes que realizaba TyC con los secuestros de los desaparecidos. “Te secuestran las imágenes, como antes secuestraron y desaparecieron a 30 mil argentinos”, fue la frase inoportuna, insensible y más que difícil de justificar.
Habitualmente, las frases necesitan de su contexto para no resultar tan extemporáneas. En este caso, el contexto aumenta la gravedad de lo que se dijo. El principal socio del Gobierno en este emprendimiento es Julio Grondona. El presidente de la AFA está en ese cargo desde 1979. La idea de que Grondona –responsable de los negocios del fútbol argentino desde hace tres décadas– participa de una suerte de rescate de los goles de las garras de la dictadura provoca una gama de sentimientos que van desde la indignación hasta la risa.
El mundo es un lugar complejo, infinito, difícil de describir sin encasillarlo. Cualquier expresión del lenguaje necesariamente lo reduce. Esa imposibilidad de dar cuenta de lo múltiple no debería ser una coartada para decir cualquier cosa sino más bien un llamado a la responsabilidad. Hay que tener cuidado con lo que se dice. Si sólo pueden hablar con consignas, lo mejor es
que se callen.
Por Gustavo Noriega
Se dice y no se hace
El Código de Etica de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) establece, entre otras cosas, que sus soldados deben “observar las leyes del Estado y las normas de la dignidad humana, y honrar los valores del Estado de Israel en tanto que estado judío y democrático”. Más adelante abunda en el concepto y subraya: “Las FDI y sus soldados están obligados a proteger la dignidad humana. Cada ser humano tiene valor, con independencia de su origen, religión, nacionalidad, género o posición” (dover.idf.il). Un vocero de las FDI declaró no hace mucho a los medios israelíes que “las FDI tienen más moral que cualquier otro ejército del mundo” (www.haaretz.com, 22-7-09). Qué bien.
El comentario del vocero salió al paso de un folleto que contiene 54 testimonios de 30 efectivos israelíes que operaron durante la segunda Intifada en los territorios palestinos ocupados. Fueron recogidos por Rompiendo el Silencio (RS), una organización de veteranos de las FDI preocupados por “la profundidad de la corrupción que se extiende en las filas militares israelíes” (www.shovrimshtika.org, 15-7-09). Señalan que los soldados a los que dan el alta y regresan a la vida civil “descubren la brecha entre la realidad que conocieron en los territorios (ocupados) y el silencio que impera en sus hogares... la sociedad israelí continúa haciendo la vista gorda y negando lo que ocurre en su nombre”. Los entrevistados por RS conservan el anonimato para evitar sanciones y sí hablan de lo que ocurre en esos territorios.
Relato de un sargento de la unidad blindada 401: “Tirar con armas automáticas por toda la ciudad, a casas y puertas, era algo que todos hacían, no únicamente yo. No sé por qué lo hice. No pensaba. Portaba un arma. En el ejército nunca pensaba. Hacía lo que me decían que tenía que hacer. Y además, todos lo hacían. Era la costumbre, los oficiales y demás, todos lo sabían”. De un sargento primero del Batallón de Artillería 55: cuando su unidad “volvía de operar, arrojábamos granadas de estruendo y de humo a las panaderías que estaban abiertas de 4 a 5 de la mañana porque la gente nos tiraba piedras... Una vez disparé 1500 tiros de ametralladora a las casas de la ciudad”. La ciudad era palestina, desde luego.
Un fatigado argumento que las FDI utilizan para justificar el bombardeo indiscriminado de poblaciones enteras sostiene que los militantes de Hamas se escudan en civiles. “A veces –informa un soldado israelí– la fuerza entra con un civil delante que lleva en las espaldas unos cañones de fusil, se ingresa en la casa usándolo de escudo humano.” ¿Proyección en el otro de lo propio?, diría un psicólogo. RS registra testimonios del uso ilegal de fósforo blanco en vecindades palestinas densamente pobladas. Un soldado señala: “Durante el entrenamiento nos enseñan que no se emplea el fósforo blanco porque es inhumano. Uno ve documentales, observa lo que les pasa a las personas alcanzadas y se dice a sí mismo ‘eso lo hacemos nosotros también’... es inesperado, yo pensé que pertenecía al ejército más humano del mundo”.
Durante la Operación Plomo Fundido que las FDI realizaron en Gaza del 27-2-08 al 18-1-09, en la que además bombardearon instalaciones de la ONU, el asesinato de civiles fue regla. Describió el jefe de un pelotón de Infantería: “El francotirador (israelí) vio a una mujer y a niños que se le acercaban traspasando la línea que nadie podía cruzar según se le había indicado. Les disparó de inmediato. En todo caso, lo que ocurrió es que finalmente los mató. No creo que se haya sentido muy mal por eso. Después de todo, en lo que a él se refiere, hizo su trabajo siguiendo las órdenes que se le impartieron... La vida de los palestinos, digamos, es algo mucho mucho menos importante que la vida de nuestros soldados” (www.haaretz.com, 15-7-09). Una ligera contradicción con el Código de Etica de las FDI.
Dos tácticas para allanar casas se enseñan a los efectivos israelíes, la “seca” y la “húmeda”. En Gaza sólo se empleó la última, es decir, hacer fuego graneado con misiles, proyectiles de tanques, ametralladoras, granadas, todo. En el terreno, las órdenes de allanamiento húmedo significaban “disparar al entrar en (una casa) o habitación para que nadie nos pudiera disparar”, testimonia un soldado. Y otro: “Se demolían las casas en todas partes con un tremendo poder de fuego. Ni una quedaba intacta”; los bulldozers D-9 arrasaban con todo “en el área que se nos había asignado. Era espantoso, como en esas películas sobre la Segunda Guerra Mundial en que nada queda en pie. Una ciudad totalmente destruida”.
“Eso es y fue lo tan bonito de Gaza. Uno ve a una persona en un camino y se le puede disparar sin más”, declaró un efectivo de las fuerzas armadas que “tienen más moral que cualquier otro ejército del mundo”. Señaló el periodista israelí Gideon Levy (www.haaretz.com, 22-7-09): “Esto sólo cambiará cuando reconozcamos que los palestinos son seres humanos”
Por Juan Gelman
La Llamada
El Bar III
miércoles, 19 de agosto de 2009
Manson II
Por S. Walger
Cien días que cambiarán todo y nada
Por Silvio Santamarina
viernes, 14 de agosto de 2009
Vivir en comunidad, Vivir en Paz
Wiraqocha:
Creador del universo "PACHA". Es también el civilizador y dador de luz para el universo. Cuando Wiraqocha creó a los humanos, ordenó que vivieran en diferentes lugares; montañas, lagos, ríos, cuevas, etc., para convertir sus lugares de origen en lugares sagrados o Pakarinas.
Wiraqocha representa el Universo con todas sus manifestaciones. Desafortunadamente, estas manifestaciones fueron erróneamente interpretados por el clero occidental quienes atribuyeron una concepción politeísta de la divinidad a la espiritualidad andina.
Wiraqocha es el creador invisible, para los andinos, su manifestación física y símbolo es el Sol, Tata Inti ó Inti Tatay.
Pachamama, Madre Tierra
Pachamama da vida a la humanidad, ella es divinidad sublime en nuestro mundo. La Pachamama nos enseñó a amar todo incondicionalmente.
Ella nos mostró que el trabajo es una de las virtudes supremas, porque si construimos con amor en nuestro trabajo, seremos sagrados.
Pachamama nos dio estas enseñanzas de vida para ayudarnos a crecer. Ella nos dio el MUNAY (AMOR), el YANKAY (TRABAJO) y el YACHAY (SABIDURIA). El hombre no necesita otros mandamientos o leyes, porque MUNAY (AMOR) nos hace concientes de lo que es TRABAJO/SERVICIO, lo que debería ser el deseo de cada ser humano, ya que el sentido de SERVICIO es la conciencia de reciprocidad o TRABAJO (YANKAY)... Y puedes estar seguro que AMOR Y TRABAJO, nos llevara a un estado de conciencia superior de SABIDURIA (YACHAY)
Los invasores que usurparon nuestras tierras crearon para nosotros leyes y preceptos de la vida que eran totalmente en contradicción con los mas altos principios de comunidad y respeto por la tierra en el que el hombre andino vivió. Ellos introdujeron a nuestra historia las siguientes tres leyes: Ama Sua, Ama Llulla, Ama Quella - No seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso
Una ley, un mandamiento o precepto es creado para que un grupo social pueda erradicar algo malo; para que los males y faltas de una sociedad puedan ser controladas y chequeadas, etc. Si la gente esta constantemente peleando o en conflicto con sus hermanos y vecinos, debería enseñárseles a amar entre ellos como si fuera su propio dios! Si la gente vive en esclavitud, conflicto eterno, miedo y remordimiento, debería enseñárseles a no matar y a no odiar a los extraños...La lista de leyes que son necesarias para una sociedad en la que la gente vive eternamente en forma individualista y en conflicto podría ser larga. La mas grande falla en esa forma de vida empieza con el rechazo al mundo natural y poco respeto a la Tierra que les dio vida.
Que razón tendríamos de enseñar a una muy desarrollada sociedad como lo fue la cultura andina de NO ROBAR, cuando esta sociedad sabe que TODO pertenece a PACHAMAMA. Esta sociedad esta viviendo bajo el principio de vida en comunidad, representada en TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS. Esta sociedad vive bajo el principio de SERVIVIO, de HOY POR TI, MAÑANA POR MI. Que necesidad hay para robar en una sociedad en el que el principio de comunidad establece que el niño que nace tendrá su propia tierra para trabajarla? Que necesidad hay para robar en una sociedad en el que el concepto de morir de hambre no fue posible ni tampoco permisible, debido a que la distribución y preservación de alimentos alcanzo niveles de organización insuperables? QUE NECESIDAD HAY PARA ROBAR! QUE NECESIDAD HAY PARA ROBAR!
Por que una sociedad tan desarrollada tendría que mentir y desconfiar? en pueblos donde la mayoría de casas ni siquiera tenían una puerta estable, y menos con sistema de seguridad, por que habría la necesidad de mentir? Por que, si esa acción no nos ayuda a crecer espiritualmente?
Y digan, como podemos decir NO SEAS OCIOSO, a una sociedad que construyo toda su grandeza, piedra por piedra, a esta sociedad que sabe que es solamente por medio de su trabajo que sobrevivirá y sera grandiosa?
Los españoles tuvieron que de alguna manera legitimizar todos los ROBOS, MENTIRAS Y OCIOCIDAD, que ellos cometieron y por lo que fueron responsables en estas tierras.
También sabemos que Pachamama es la madre de toda purificación, limpieza y perdón. Hemos empezado una nueva era, y en esta era de luz, todos hermanos y hermanas son bienvenidos. Permitamos que Wiraqocha toque nuestro Sol interno para que durante este proceso de crecimiento de nuestra conciencia de amor interno, seamos hombres y mujeres de esta nueva era.
El Despertar del Puma por James Arévalo
La Patria se derrumba despacito
–¿En serio le parece, Caparrós?
–¿Que si me parece? Espere y vea.
No hace falta decir lo poderosa que es la prensa para crear percepciones y sensaciones colectivas. Tampoco, cuál es el grupo que domina la prensa en la Argentina. Y menos aún cuán importante es, para ese grupo, que no le toquen los negocios. El gobierno acaba de manotearle uno de los grandes a la Corporación Clarín y eso, sospecho, lo pagaremos entre todos. No sólo por los famosos 600 millones sino, más que nada, porque, a menos que el grupo de marras haya cambiado mucho su forma de funcionar y de hacer periodismo, se viene, en los próximos meses, una ofensiva noticiera tremebunda. Donde los crímenes sangrientos serán más sangrientos que nunca, los empresarios desconfiados desconfiarán en titulares temblorosos, los reproches de Macri o De Nárvaez o Carrió serán credo en sus radios, los hospitales desprovistos no tendrán ni una gasa en telenoche e incluso, quizás, algún valeroso periodista se lanzará a investigar y al fin descubrirá que la administración del fútbol argentino cometió ciertos ilícitos.
Decía que pagaremos todos con la sensación de que estamos pasándola mucho peor que lo mal que la estamos pasando. La Corporación ya lo ha hecho más de una vez; lo hace, en realidad, en diferentes grados, todo el tiempo: intenta manejar la temperatura de la opinión pública, y tiene poder de fuego suficiente y nos convence, consigue convencernos. Entonces, la tristeza: si creemos que estamos mal vamos a estar cada vez peor, preocuparnos, sufrir, hacer cagadas. Ya hubo algún vienés que escribió, hace casi cien años, sobre la profecía autocumplida. Y todo porque al gobierno se le ocurrió una idea.
–¿Una idea, dice, mi estimado? Qué momento especial, qué extraordinario. ¿Dónde, cuándo celebramos?
–No sea gorila, López. Se les ocurren ideas todo el tiempo. Y las aplican todas ahí nomás, al toque, a ver si alguna cuela.
Con la estatización del telefútbol me pasa lo que siempre me pasa con las medidas K: una mezcla de acuerdo y desencanto. Siempre estuve a favor de sacarle el monopolio de los partidos a esa empresa que creíamos que se llamaba TyC pero ahora sabemos que se llama TSC: en estrecha alianza –es una forma amable de decirlo– con Grondona y la AFA, fue una de las principales culpables de la degradación económica y estética del fútbol argentino. TSC –cuya mitad derecha, sabemos, pertenece a la Corporación– se llevaba tanta plata que dejaba muy poco para los clubes y aumentaba su obligación de vender jugadores para equilibrar los presupuestos. Y, por lo tanto, nos condenaba a ver partidos cada vez más malos –sobre lo cual escribí el viernes pasado una interesantísima propuesta a la que nadie dio ni bola.
La situación era enojosa, y el enojo aumentaba con detalles como el secuestro de los goles hasta que pagáramos el rescate de cada noche de domingo o las tentativas cada vez más eficientes por cobrar más por los partidos. El problema estaba ahí, sin duda, y el gobierno podía interesarse en resolverlo –aunque no fuera una prioridad desmesurada–; lo raro es que de pronto descubrieron que el fútbol es uno de los derechos inalienables de nuestro sufrido pueblo, y uno de los pocos que no puede dejar de hacer cumplir.
Si el fútbol es un derecho para todos, ¿qué me dicen del pato, nuestro deporte nacional? ¿Y del golf, el único en que ganamos torneos importantes? ¿Y del tango, que deberían aprender todos los niños de la patria? ¿Y de la joven narrativa argentina, tan necesitada de algún empujoncito? ¿Y de las operaciones en los hospitales, que enseñan a los pacientes a ser más que pacientes, moribundos? ¿Y de una educación pública que no ponga a los que la reciben en una desventaja mucho peor que no tener cable para mirar el fútbol por la tele?
Que un Estado con deuda social extraordinaria se gaste en telefútbol 600 millones al año suena bruto. Alguien, en la administración, entendió mal las lecciones de la historia o vio Roma en copia trucha y recortada: la fórmula era pan y circo, nunca circo solo. Si la ganancia de TyC era desmedida –y la ganancia de TyC era desmedida– por supuesto que el Estado debía intervenir para obligarla a revisar ese contrato. Tiene instrumentos: ¿por qué no crear una tasa a la televisación de espectáculos deportivos, como pagan los cines, y aplicar esa tasa a la creación de campos de deportes para chicos o incluso, –oh, incluso, atención, cuidado– bibliotecas?
–¿Y van a dar todos los partidos por el 7 y Encuentro, mi estimado?
–No, sé, dicen que todos, casi todos, dicen cosas.
–Ah, claro. Ahora por fin sabemos para qué sirve la televisión pública. Los muchachos vieron la oportunidad y se les ocurrió una idea, y se tiraron de cabeza. Es el método habitual de este gobierno: su improvisación, su forma de intentar a ver si sale –dale Cacho, vos largate y después vemo–, como en el caso tan luminoso de las tarifas de servicios: vamos con el aumento, Cacho, que no tenemos plata, hay que cortar con los subsidios. Uy, la gente se queja. ¿En serio, y de qué? Y, dicen que no les alcanza para pagar las facturas. ¿Cómo que no les alcanza? No, dicen que no. Che, que no mientan, los que tienen que pagar son los ricos. Bueno, tá, vamos. Pero mirá que se quejan más. Ya hay diputados que dicen que ésta no la votan. ¿En serio diputados? Qué hijos de mil putas. Si estos venían y me comían de la mano. Pero ya no comen, Cacho, se pusieron duros. Y Moyano también se puso duro. Uy, Moyano, qué turro, otro traidor. Bueno, Cacho, va a haber que sacarla. ¿Qué sacar qué? Que sacar los aumentos, qué vas a sacar. Pero ya los cobraron. Bueno, que los devuelvan, que hagan algo.
Y así de seguido: en lugar de pensar, calcular, averiguar, analizar los datos y tomar decisiones; en lugar de tener un proyecto general y adaptar las decisiones a sus líneas maestras, estamos gobernados por el rapto, las ganas, el lance a ver si pasa. Es el auge del ensayo y error en la conducción de la patria y sus pequeñas sucursales. Macri lo dice claro –“si cuatro de diez iniciativas sirven ya está bien”–; los K lo dicen menos pero lo hacen todo el tiempo. Insisto: la falta de proyecto. Si supieran dónde quieren ir, si estuvieran en el poder para ir a alguna parte, sus medidas serían coherentes con esas metas. Como lo que quieren es mantenerse, prueban con cosas y si la gente refunfuña, prueban con otras. Una vez más, el gran lema marxista, bandera de estos tiempos: estos son mis principios; si no les gustan, tengo otros.
Algo así parece haber pasado con el fútbol. Les dio el repente, vieron que ahí podían ganar algo –declaraciones populistas, perjuicios para la Corporación– y se largaron. No tienen ni idea, por ahora, de qué van a hacer con los partidos: ningún plan. En vez de aprovechar para voltear la dictadura de Grondona, se alían con él, hacen negocios. Grondona es su intendente del conurbano: los va a usar, les va a hacer promesas, los va a despedir con sonrisitas cuando se vayan al carajo.
Y mientras quedan muy expuestos ante el estribillo de que deberían usar ese dinero para otras urgencias, “para combatir la pobreza”. El argumento es sólido pero, como todos los argumentos argentinos, se transforma en argucia en bocas imposibles: que lo digan Macri o De Narváez, millonarios de pro, parece un chiste malo. La derecha viene con tanto hambre –y tanta confianza en el changüí que le ofrecen los errores K– que se permite cualquier cosa. E insiste en su campaña principal: convencernos de que el Estado es un desastre y que hay que volver a privatizar. De eso trata, en última instancia, toda esta pelea: aprovechar los patinazos K –su estatismo de amigos– para reinstalar aquella vieja idea que presidió el desguace del país y cuyo fracaso en 2001 permitió repensar ciertas cosas, intentar otros desarrollos: la noción de que el Estado es incapaz de nada bueno, de que no sirve para nada. Eso tratan de demostrarnos, en alegre, previsible alianza, la derecha macrista, el caos kirchnerista. Y la Corporación, detrás, para pintarlo de negro y amarillo.
Por Martin Caparrós
martes, 11 de agosto de 2009
Himno Nacional Completo
El Analfabeto polìtico
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.
Bertolt Brecht
lunes, 10 de agosto de 2009
Pedagogia XXI
A la inversa, en sus aulas, los adolescentes son alejados de sus capacidades creativas. Una vez Picasso dijo que todos los niños naces artistas pero que el problema fundamental es que no se les permite que crezcan siendo artistas. Se los adoctrina apenas para asumir roles prefijados que mantengan inamovible la sociedad imperante: abogados,arquitectos, economistas y todo lo demás.
Naranjo ha tenido un contacto bastante íntimo con profesores en marco donde se supone que un profesor es una persona que ha alcanzado un desarrollo suficiente como para poder educar y no solamente ser una máquina de transmitir información. Pero ocurre que los educadores no se sientes inmersos en esa abundancia interior sino que, como personas, se sientes bastantes raquíticos. Y si se habla en términos psiquiatricos, bastante enfermos. Más bien precisarían una actividad que no consiste apenas en asistir a cursos sobre cómo controlar a los estudiantes o cómo aplicar planes supuestamente renovados que sólo sirven para ser considerados tiempo despúes como un fracaso. ¿quién se acuerda ahora del Polimodal bonaerense?
Sucede que en las escuelas y los colegios, los niños y los adolescentes son apartados de las cosas que les gustan para ser perversamente inoculados con el virus de la eficacia estructural. Dicho de frente, para "ser útiles". Se espera de ellos que funciones como consumidores, contribuyentes y -en caso extremo-como combatientes.
Entretanto, el 15 de marzo de 2009, el diario Clarín consignó que hay entre nosotros cerca de 180 mil adictos al paco (pasta base de la cocaina). Se calcula que 68% de éstos termina delinquiendo. Y que matar o morir es un destino de muchos. El paco es tan letal como invisible.
Se trata de casi 180 mil individuos que lo consumen en todo el país, pero a pesar de eso no hay ningún plan intensivo y coordinado para combatirlo. En la ciudad de Buenos Aires -donde viven 40 mil de los consumidores-, ni siquiera está reglamentada la Ley de Adicciones que debería paliar el drama. Tampoco hay lugar en los hogares de rehabilitación. Ni protocolos que definan qué debe hacer la policía frente a estos casos. Ni atención en los hospitales públicos, donde no estan preparados para recibir a los chicos del paco. Mientras sus madres, desesperadas, no saben cómo sacarlos de la profundidad siniestra. Ese mismo dia leí en Crítica de la Argentina, que tenemos unos 25 mil chicos diagnosticados con un llamado Trastorno Deficitario de Atención y se les receta una droga que quienes se oponen al tratamiento consideran peligrosa. Las ventas suben durante la época de clases y nueve de cada diez consultas por el tema son a pedido de la escuela.
Alberto Sileoni, nuestro flamante ministro de Educación, acaba de señalar que el 10.7% de los 2.7 millones de chicos que cursan el secundario repiten el año, mientras hay 400 mil adolescentes que no están en las escuelas.
A muchos individuos de enorme talento, brillantes,altamente creativos, el colegio los induce a creer que son inservibles. Ni hablar siquiera sobre los niños superdotados cuyos dones no son considerados y que representan un trastorno para docentes sobrecargados de tareas burocráticas. Sería preciso repensar radicalmente el concepto imperante sobre la inteligencia, que es diversa, dinámica y singular. Todo sistema educativo que, de aqui en adelante, no se aplique a descubrir el talento personal de cada ser humano será una forma de etnocidio.
Por Miguel Grinberg